Antes de poner en marcha todas las acciones, es esencial definir los objetivos, el alcance y el problema que se quiere resolver o el área de oportunidad visualizada.

En esta etapa se deben tomar las decisiones para mapear de forma correcta y precisa los recursos, tiempos, data requerida, la respectiva plataforma tecnológica así como  poder identificar todos los factores que pudieran contribuir al éxito o fracaso del proyecto.

En esta etapa se establece la línea base que integrará cada uno de los elementos identificados en la fase anterior, esto con el fin de proyectar apropiadamente los tiempos de entrega, actividades por disciplinas, nivel de integración de la información interdisciplinaria, procedimientos a ejecutar, tipo y frecuencia de control (hitos de medición), entre otros.

Se trata de la puesta en marcha del proyecto y su anterior planificación. Aun así, es necesario que, durante toda esta fase, se puedan realizar los controles para identificar desviaciones que pudieran comprometer la calidad y tiempos de entregas del proyecto.

Esta es una etapa que se encuentra presente durante todo el proceso, ya que es primordial evitar errores que se traduzcan en “pérdidas”. Para ejecutar un seguimiento exitoso se recomienda que se identifiquen todas las áreas de oportunidad, así como una revisión continua, que permita comparar resultados con los planes originales, brindar información continua al cliente y una evaluación del desempeño

Entrega completa de la documentación soporte al cliente, en la que hacen llegar los análisis y evaluaciones desarrolladas por disciplina de una forma integrada, emitiendo conclusiones y recomendaciones para la implementación de las soluciones de ingeniería que den lugar.